Este viejo malsofrit, que como ustedes saben es un devoto (no eclesiástico, atxisssl) de la literatura portuguesa (¿verdad que tú lo sabes, amigo Perfe?), no había leído a Gonçalo M. Tavares y ahora, gracias a la traducción del poeta Antoni Xumet, lo he descubierto a través de su libro de relatos Histories falses (El Gall Editor. Col·lecció El Cabàs. Pollença, 2015). La obra me ha apasionado, ¿por qué negarlo?, y la nota inicial del mismo Tavares es toda una premonición: «... tenia curiositat per entendre la manera con la ficció -versemblant o no tant- es pot recolzar lleugerament sobre un fragment de la veritat fins el punt on tot es mescla i es torna uniforme».
Nueve son las historias narradas por Tavares y, si he de ser sincero, no sería capaz de elegir una de ellas, pues todas en su conjunto crean un clima literario excepcional. Quizás porque, como señala en su primera historia, «Ies dones com els déus: mai no es cansen de l’amor» o quizás, ¿quién lo duda?, porque «tots els tirans tenen el mateix nom».
Es una obra que deben leer ustedes, amigos míos, y no tan solo porque pueden llegar a la misma conclusión rápida del mismo autor («tot és el mateix, bé i mal s’assemblen», según Aurius Anaxos en la historia, sexta, tavaresiana), sino porque en ella está la esencia creativa e independiente (y atrevida) de la narrativa. Tiene fuerza, dignidad, pasión... o sea, por fortuna es la antiesencia del bestselleris- mo ramplón.
Les dejo con esta breve (¿por qué no?) magistral cita:
«Dels filòsofs i deis poetes es coneix poc; malgrat tot, una certesa: no són com els altres, no canvien.»
Antoni Serra, Ultima Hora (27/12/2015)